Desde finales de la década de los sesenta, han ido surgiendo, en la representación de la arquitectura, planteamientos gráficos al margen de la operatividad tradicional, que han abierto interrogantes sobre sus orígenes, sus modos de expresión y sus posibilidades de generalización. Esto ha sucedido especialmente en el ámbito de lo que se ha entendido como neovanguardias arquitectónicas, la tendencia caracterizada por la experimentación a partir de diferentes aspectos de una espacialidad moderna, y también, la más renovadora, en lo referente a la representación arquitectónica. Cuando la cultura de la imagen se extiende a todos los campos, propiciada por las nuevas tecnologías de representación en constante evolución, las respuestas a esas preguntas iniciales -aparte de la posible existencia de modas gráficas o de la búsqueda de un determinado «estilo gráfico» personal o de equipo- surgirán de planteamientos más profundos, en correspondencia con los contenidos arquitectónicos. Este libro pone de manifiesto que, a través de esta línea, cuya influencia gráfica se ha dejado sentir en otras posiciones, se está reflejando el carácter abierto de la representación y su capacidad de renovación actual, a la vez que se han establecido las bases de la expresión innovadora del proyecto arquitectónico contemporáneo.