Este texto es una versión final de otros trabajos anteriores utilizados como material de trabajo para la docencia de la asignatura de Sociología de la Comunicación. Las versiones anteriores se difundieron públicamente como documento del Dosier Electrónico y/o del Campus Virtual de la asignatura mencionada.
El desarrollo y uso de la comunicación humana están estrechamente relacionados con las características cerebrales y sensoriales y con las capacidades psicológico-cognitivas que éstas posibilitan. Para comprender, pues, en qué consiste el proceso de la comunicación hay que necesariamente tener información sobre cómo funciona nuestro cerebro, al menos en lo relativo a las capacidades psicológicas directamente relacionadas, en primer término, con la posibilidad de una captación del mundo (la Percepción) y, en segundo término, con la posibilidad de una comprensión más o menos organizada sobre el mismo (la Cognición). Sólo después de una explicación precisa, aunque acotada, sobre qué es la Percepción y la Cognición podemos pasar a especificar cómo captamos el mundo a través de la comunicación y en medio del intercambio de símbolos implicado.
Los aspectos de carácter psicológico que aquí se delinean son: 1) El mecanismo de percepción de datos sensoriales y de almacenaje de los mismos 2) El tipo de selección cognitiva que se ejerce sobre la percepción y lo almacenado en la memoria; el propósito, en este punto, es mostrar cómo la dinámica de la comunicación humana está a priori condicionada por estos procesos psíquicos que están en la base del desarrollo intelectual global del ser humano (y no sólo de la actividad comunicativa que es aquí el objeto de nuestro interés). 3) Delinear, desde esta misma base psicológica, algunas de las consecuencias potenciales de la comunicación sobre nuestra comprensión del mundo y sobre nuestra experiencia de vida particular.